Fundamentos filosóficos y teóricos (Síntesis de lo escrito IX)
Todas y todos tenemos una base teórica y filosófica que fundamenta lo que decimos. Yo también. A lo largo del curso publiqué una serie de entradas que desvelaron parte de esta base mía.
Complejidad de la realidad
En el marco que me muevo asumir la infintita complejidad de la realidad es un elemento principal. Las realidades materiales, sociales, internas… son tan complejas que superan nuestra capacidad de percepción, de comprensión y también de expresión. Podemos captar fragmentos de ella, perspectivas, pero nunca el completo.
Complejidad del mundo externo y social
Durante el curso pasado dedique dos entradas a hablar de esto a nivel externo, una mirada desde la persona hacia el mundo y la sociedad.
En Miradas diversas me pregunto como hacer puente entre diferentes miradas de izquierdas, miradas que en muchos momentos parecen incompatibles, como lo es por ejemplo el racionalismo de comunistas y muchos anarquistas con la espiritualidad que practican otros sectores más hippie. Desde la mirada de la complejidad propongo la parábola del elefante y los ciegos: diferentes ciegos tocan un elefante, y cada uno desde su experiencia sensorial llega a otra conclusión: que es una columna, una alfombra, una serpiente… Veo a nosotros como estos ciegos ante el elefante de la realidad: solo percibimos una parte y desde ahí construimos nuestras teorías y discursos. Ahora, como los ciegos, tenemos la posibilidad de enfrentar nuestras diferentes percepciones y vivir divididos o buscar una manera de diálogo que nos permite sumar nuestras miradas y crecer en la percepción de la complejidad de la realidad. Para decirlo en lenguaje filosófico: Lo interesante cuanto tenemos una tesis y una antítesis no es enfrentar ambos, sino buscar la síntesis.
En Paradigmas profundizo en el tema. Acojo un nombre y unos conceptos teóricos: Los paradigmas. Estos son las ideas implícitas en nuestro pensamiento, ideas que tenemos asumidos antes de hacernos preguntas, que a menudo los tomamos como si fueran leyes naturales y que determinan todo nuestra forma de pensar.
Para dar algunos ejemplos históricos: Grandes cambios de paradigma fueron el descubrimiento de que el universo no gira alrededor de la tierra, y cuando se empezó a cuestionar la existencia de dios y otro el momento en el que la burguesía reemplazo a la nobleza como primer poder social. Estos aspectos no fueron solo cambios dentro de un modelo cultural, sino cambiaron toda la forma de pensar y vivir.
Muchas de las dificultades de las sociedades actuales vienen de que –en diferencia con las sociedades del pasado– ahora están funcionando diferentes paradigmas en diferentes sectores de la sociedad. Esto lleva a distancia entre estos sectores, que a menudo ni se respetan ni se comprenden. Un ejemplo es la ruptura entre personas ateas y personas creyentes.
Esta manera de acoger la complejidad de la realidad lleva a un planteamiento radical de diálogo. En todo desacuerdo es probable que yo tenga una parte de la razón y que tú tengas otra. La riqueza es juntarnos y escucharnos de manera abierta y enriquecernos a través del encuentro de nuestras razones. Me lleva a un continúo ejercicio de tesis-antitesis-síntesis que me hace crecer desde la escucha de la mirada de mi adversario.
Aparte de lo ya escrito durante el curso pasado quiero remarcar que, diferente a mucho pensamiento actual, no reniego de la búsqueda de la verdad ni del intento de comprender la realidad. Creo que la realidad material es infinitamente compleja y nunca la captaremos en su totalidad, pero que la riqueza de la condición humana se encuentra en el diálogo con ella, en esta búsqueda de acercarnos a la comprensión. Creo que en cuanto renegamos a esta búsqueda cortamos el diálogo con el mundo exterior y que esto es muy peligroso. Nos encierra en un juego de espejos dentro de nuestra cabeza, un juego en el que no liberación posible.
Complejidad del mundo interno
Está complejidad no solo se encuentra en el mundo externo sino igual en el mundo interno de cada individuo. Y como solo podemos comprender ciertos aspectos de lo externo también solo somos capaces de una percepción limitada de nuestros mundos internos.
Un ejemplo de esto lo doy en Porque las necesidades son importantes y las apetencias no cuando hablo de necesidades ficticias, es decir deseos que percibimos y vivimos como si fueran necesidades pero que en realidad no lo son, a veces son caprichos, a veces privilegios, o adicciones… Lo importante es que somos tan complejos que ni nosotros mismos siempre sabemos que nos mueve.
En estos (auto)engaños se basa la reflexión en La columna vertebral de toda asamblea. Introduce la idea de las motivaciones ocultas, deseos egoístas que hacen daño al proceso colectivo y que a menudo no estamos dispuestos a admitir, ni en publico ni ante nosotros mismos. Reflejo la complejidad de las motivaciones en De motivaciones y decisiones explorando los conflictos internos de diferentes motivaciones mías durante unos pocos minutos de mi vida.
En el mismo artículo también introduzco a un factor al que considero central para la comprensión del comportamiento humano: El peso de emociones y deseos como impulso de nuestras acciones, mucho más allá de toda justificación racional. De hecho solemos funcionar así: Primero están la emoción y el deseo y después buscamos todo un edificio teórico que apoye a este deseo. Este es el punto de partida de la reflexión en El juego dañino entre egocentrismos y axiomas falsos en la lucha, un texto en el conecto deseos internos con expresiones ideológicos que suenan muy liberadores pero en el fondo no hacen más que embellecer egoísmos.
Lenguaje preciso
Asumir la complejidad de la realidad hasta el infinito no me lleva a deconstruir el lenguaje, al revés. Considero el lenguaje la primera herramienta de comunicación que tenemos y para que nos pueda servir de algo necesitamos que sea claro. Otro problema de la actualidad viene de la difuminación de muchos términos. Esta difuminación del lenguaje obstaculiza la comunicación y genera una variedad de problemas sociales y organizativos.
Durante el curso pasado he descubierto dos tipos de confusiones. Primero palabras con un significado claro pero mal comprendido por muchas personas. Ejemplos de ello son las confusiones entre consenso, compromiso y acuerdo, o entre apetencia y necesidad o tolerancia y respeto o radical, extremo y fanático… El segundo tipo son confusiones que se generan cuando diferentes corrientes filosóficos se pelean sobre el significado de una palabra. El ejemplo que he desarrollado este curso pasado fue sobre libertad entendido como ‘lo que me apetece’ versus ‘respetar la libertad de otro’. Estos ejemplos lo he resumido con más detalle en: Causas de nuestros fracasos IV: Falacias que son mortales para nuestros procesos organizativos en el punto ‘Confusiones de vocabulario’.
Redefinición de la palabra ‘izquierda’
Una palabra en la que creo que hace falta revisar y actualizar la definición es la palabra ‘izquierda’. Es decir, creo que debemos cambiar la comprensión paradigmática que tenemos de izquierda.
Ya he dado primeros pasos en la fundamentación de esta propuesta.
Desde el primer día hablé de ‘izquierdaS’, queriendo remarcar la diversidad e incompatibilidad de diferentes ambientes que van bajo este termino.
En la entrada Soy de izquierdas, ¿o no? entro de manera más clara al tema cuando lanzo una propuesta de definición mía: Por ‘de izquierdas’ entiendo todos aquellos ambientes que tienen como referente el movimiento obrero.
Esta definición propone un cambio paradigmático porque no se basa en una definición ética o ideológica sino ubica las izquierdas en un plano histórico, cultural, es decir con esta definición ‘ser de izquierdas’ te ubica en una (sub)cultura de la sociedad actual. Le quita al termino todo peso ético e ideológico y lo lleva a un espacio-tiempo en el que algunas personas nos movemos durante partes de nuestra vida.
En Causas de nuestros fracasos IV: Falacias que son mortales para nuestros procesos organizativos en el punto Raíces históricas de nuestro pensamiento expongo otros corrientes han formado el ideario actual ‘de izquierdas’ y menciono las problemas que trae esta confluencia. Un tema a seguir desarrollando.
Hago este cambio de concepto porque creo necesario que nos distanciemos de nuestro ideario y que volvamos a reinventar el proyecto ético que supuestamente defendemos de manera coherente y dentro de un paradigma claro. Lo que tenemos ahora es un desastre, hijo de un proceso histórico, que no es incapaz de generar lo que predica. Es una lección en impotencia. O nos reinventamos o morimos.
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