Querida compañera, querido compañero,
te doy la bienvenida a este espacio de diálogo. Me alegra que estés aquí.
Por si no me conoces, me llamo Kathy y aquí te cuento algunas cosillas sobre mí. He creado este blog para reflexionar con ayuda de los lectores sobre lo que he empezado a llamar el fracaso de las izquierdas.
Si digo que las izquierdas han fracasado, lo digo porque lo he vivido una y otra vez. Lo he visto pasar a de manera externa: A lo largo de mi vida he observado como diferentes movimientos surgieron, luego desvanecieron silenciosamente o se pervirtieron. Pero en primer lugar lo digo porque he vivido el fracaso del activismo en carne propia, una y otra vez, lo he vivido tanto que ya no quiero más. Ya no soporto a casi nada de lo que escucho o leo por ahí, en los círculos y paginas izquierdones. Me parece tan de fachada o facherío escondido, que me revuelve las entrañas, que me invade una rabia tremenda, y quiero repartir hostias para que por fin despabilemos. Porque toda mi vida estas mismas ideas, esta lógica de actuar de las izquierdas, solo me ha llevado a derrotas dolorosas. Más de 20 años de activismo se pueden resumir en una única lección: ¡Así no vamos a ningún lugar!
Pero no os preocupéis, no vengo a descargar mi rabia, no voy a elevar el canto a la impotencia, no vengo a oscurecer aún más a la noche. Al revés, sigo sosteniendo la esperanza, sigo soñando con un amanecer, con una liberación de verdad. Estoy buscando un mapa y una brújula, herramientas que nos indican el camino hacia un futuro mejor, una sociedad más habitable que este infierno actual. Quiero coger la paja que es el desastre de las izquierdas actuales y convertirla en oro, el oro de la comprensión, el oro de la esperanza, el oro de un criterio nuevo forjado bajo presión, bajo la presión de intentar vivir el sueño en un ambiente tan hostil que aplasta toda luz. Quien sigue respirando con esperanza lo hace a pesar de …
Amiga, amigo, tu vienes –como yo– de la noche y del fracaso. Si aún respiras es porque te niegas a rendirte. Estarás sosteniendo la esperanza, por que si no, ¿qué te sostiene? A algo tiene que agarrarse una.
Mi vida de activista ha sido ir de agarre en agarre para descubrir que este tampoco sostenía. Conozco poca gente que le haya ido mejor (pero si he visto que existen). En este momento de mi vida estoy encontrando reposo en una frase que encanta a los neoliberales: “el fracaso solo es un escalón en el camino hacia el éxito.” Si es así, todavía hay camino, lo bueno puede venir si sostengo. Ahora, no quiero ver esta frase aplicada al éxito personal, al triunfo del individuo superior, sino al éxito de lo colectivo, del común, al triunfo de la cultura superior. Así que, abracemos nuestro fracaso, mirémoslo bien, midámoslo, diseccionémoslo, busquemos sus raíces tanto en la historia como en nuestras corazones. Aprendamos de el para construir algo mejor, algo que nos haga crecer como personas y como sociedad.
Dije que no quiero destruir por destruir. Pero tampoco vengo en son pacifista. No tenemos tiempo para esto, no tenemos tiempo para ser suaves y delicados. Vengo con el martillo en la mano, y vengo a usarlo, a usarlo contra toda esta estupidez y todos estos infantilismos que hemos normalizado, contra todos estos conceptos y teorías de palabras bonitas que aplicados a la vida real hacen más daño que bien, contra todas estas estructuras mentales que nos impiden avanzar. Porque el mundo pide a gritos que por fin cambiemos de verdad. Así que, ¡sí!, vengo a derrumbar muros, vengo a derrumbar esta casa podrida, que es más prisión que cobijo. Sé que da miedo, pero estoy convencida de que necesitamos derrumbarla para que podamos aprender a ser libres de verdad. ¿Cómo te suena esto, compañerao?
Último quiero decir que el descubrimiento de la verdad no es un monólogo, es un diálogo. Por eso, amiga, te necesito, necesito tus experiencias, dolores y esperanzas, necesito tu mirada, tus dudas, tu critica. Esta narrativa solo será completa con tus aportaciones.
Así que te doy la bienvenida a este laboratorio de ideas creado para investigar sobre la pregunta: ¿Cómo reformular la lucha social? ¿Qué podemos cambiar para volver a soñar con un futuro mejor? ¿Qué tenemos que hacer para que nuestros hijos tengan aire que respirar? Revolución. ¿Es posible que esta gran palabra vuelva a cobrar sentido?
Espero que dialoguemos y avancemos juntas.
Abrazos y mucho ánimo
kathy