No estamos en lo mismo II – Nivel personal
La semana pasada hablé de como diferentes planteamientos teóricos nos hacen ir en direcciones distintas, hoy hablaré de como también las motivaciones personales nos pueden dividir.
Hay muchas razones por entrar y permanecer en un ambiente u organización social o política: Buscar una sociedad mejor, defender mis derechos personales, curiosidad, soledad, luchar por una necesidad concreta, empatía con el sufrimiento ajeno, rebeldía juvenil, evasión de problemas personales… hasta hay personas que parecen estar solamente para ligar. Ahora no digo que esto en sí mismo sea malo, al revés, creo que es inevitable y enriquecedor si lo sabemos llevar. Lo que si veo peligroso es cuando no estamos conscientes de ello, si afirmamos que todos estamos en lo mismo.

Porque no es verdad. A nivel individual podemos estar por motivaciones muy distintas y estas llevan a comportamientos muy distintos. Alguien que busca una sociedad mejor estará mucho mas dispuesto a aguantar a largo plazo que alguien que está ahí por defender sus derechos o necesidades. Uno busca el bien de todas y otro el bien personal. Por esto en las plataformas de afectados mucha gente desaparece una vez que su situación personal ha mejorado, mientras que algunos se quedan, aguantando el ir y venir de los demás.
Algo similar pasa con personas que están buscando una satisfacción emocional, sea por soledad, aburrimiento o por escapar de los problemas en casa. Siempre van a intentar desviar todo hacia lo que les satisface a ellos, no a lo que conviene a los demás ni al proyecto. Un ejemplo muy claro de esto son todas estas pegas y problemas que salen en cuanto una propuesta requiere trabajo disciplinado o compromisos definidos. Nunca olvidaré ese momento en el que un compañero dijo: “¿Fijar la asamblea del mes que viene? ¡No! Todavía no sé qué planes tendré entonces.” En ese momento nos parecía normal, pero con el tiempo he entendido que este tipo de afirmación viene por no darle prioridad al proyecto. Si algo me importa le doy lugar, hago tiempo. Esta misma persona que no se quería comprometer a un mes para la asamblea seguramente no tenía problemas para planificar sus vacaciones o la celebración de su cumpleaños con más de un mes de preparación. Es una cuestión de prioridades.

Dentro de los diálogos de una asamblea suelen estar muchas personas que desvían hacia sus intereses personales, sea pereza, afán de atención, ganas de aventura o una agenda política meditada… Y entre medias de todo este burrullo egocéntrico están aquellos que realmente defienden el proyecto, que realmente quieren cambiar la realidad, que están ahí por empatía, por amor, por soñar con una sociedad mejor, que están ahí porque sin ello pierden toda esperanza. Son aquellos que aguantan, son aquellos que renuncian, son aquellos que trabajan. Aguantan los palos y cabreos de los demás, porque alguien tiene que calmar el ambiente, aguantan cuando los demás abandonan, renuncian a sus planes personales por que alguien tiene que estar, y muchas veces a su criterio para que se pueda llegar a un compromiso. Trabajan cuando nadie quiere trabajar. No digo que son perfectos, ni siquiera que siempre son personas agradables, sencillamente que son aquellos que hacen todo lo que ven necesario para que el colectivo, la lucha siga adelante. Ellos son la columna vertebral de cualquier proyecto. Es inevitable que sea así.
Ahora, el primer problema de la frase: “Estamos todos en lo mismo” es que oculta estas diferencias. Pone al mismo nivel aquel que esta ahí por curiosidad que aquel que ya ha estructurado su vida alrededor de la lucha. Pone al mismo nivel aquel que quiere pasar un buen rato sin complicarse con aquel que esta dispuesto a darlo todo. Pone al mismo nivel aquel que busca su bienestar personal a aquel que pone el bien del colectivo primero. Invisibiliza a estas diferencias y normalmente el resultado es que se imponga algún motivo egocéntrico como criterio de decisión. Es decir, que se toman decisiones que no son las mejores para el proyecto, sino para algunos de sus integrantes. Esto imposibilita que se desarrolle un trabajo realmente transformador.

Por lo que he vivido afirmo que los conflictos que se generan por motivos personales no reconocidos es una de las causas principales por los que fracasan asambleas y por los que se quema gente muy buena.
Como dije antes, creo que es inevitable que en un grupo tengamos diferentes motivaciones, ante todo si queremos integrar a personas sin recorrido. Necesitamos que cada vez haya más personas que realmente luchan por una sociedad mejor. Estoy convencida que la manera más eficaz para lograr esto es que los que realmente buscamos una sociedad mejor aprendamos a trabajar de una manera que vaya despertando motivaciones altruistas en personas que aún no los tienen. Y para esto tenemos que estar con ellos, compartir y buscar como avanzar juntos. Pero solo podemos lograr esto si somos honestos, si aceptamos que no estamos ahí por lo mismo.

Ahora para mi la gran pregunta es, ¿cómo llevamos esto a la práctica? ¿Cómo generamos una lógica asamblearia en la que las diferentes motivaciones se alimentan de manera constructiva en vez de pisarse continuamente?
Desde mi punto de vista, más allá de poner el énfasis en dichos enunciados (axiomas); lo que acomete son problemas organizativos, que sólo pueden solucionarse de una forma totalmente pragmática, es decir, a medida que el grupo, colectivo, asamblea, tribu etc. se vaya conociendo más, es necesario que se vuelva consciente de las necesidades, intereses y capacidades de sus propios integrantes, de esta manera se establecerían jerarquías dependiendo de la situación de cada uno y por lo tanto de la comunidad. Y no hablo de jerarquías donde unos machaquen a otros, o que otros se vuelvan parasitarios seres dentro de la Comunidad, no. Hablo de jerarquías rotativas, de un proceso adaptativo en el que cada persona goce de herramientas y métodos que le ayuden a descifrarse a sí mismo, que le permitan establecer una autonomía real sobre su persona y que esto a su vez le permita mejorar sus debilidades y aprovechar sus fortalezas con objetivos meramente utilitarios, en pro del bien social, La película Captain Fantastic https://www.youtube.com/watch?v=qNa7MEOWZVA lo retrata muy bien . Obviamente no estamos preparados para nada de esto, supongo que sería algo muy difícil de conseguir dada nuestra situación de esclavos, completamente condicionados y a merced del sistema económico-político-social-cultural-ideológico que nos rige. Hablo de un auténtico experimento de observación y comprensión. Lo que sucede es que valoramos demasiado nuestras vidas sedentarias y consumistas como para exponernos semejante proposición. (Mi utopía.)
Hola Julio,
gracias por tu comentario. Me gusta mucho tu visión, y estoy de acuerdo contigo que no estamos preparados para salir de ella.
Creo que lo importante es que realmente nos dispongamos a cambiar nosotros mismos para que cambie la sociedad. Y para esto hay que romper con las axiomas falsos.
¿Te parece así?
besos y un saludo
kathy
Desde mi punto de vista, más allá de poner el énfasis en dichos enunciados (axiomas); lo que acomete son problemas organizativos, que sólo pueden solucionarse de una forma totalmente pragmática, es decir, a medida que el grupo, colectivo, asamblea, tribu etc. se vaya conociendo más, es necesario que se vuelva consciente de las necesidades, intereses y capacidades de sus propios integrantes, de esta manera se establecerían jerarquías dependiendo de la situación de cada uno y por lo tanto de la comunidad. Y no hablo de jerarquías donde unos machaquen a otros, o que otros se vuelvan parasitarios seres dentro de la Comunidad, no. Hablo de jerarquías rotativas, de un proceso adaptativo en el que cada persona goce de herramientas y métodos que le ayuden a descifrarse a sí mismo, que le permitan establecer una autonomía real sobre su persona y que esto a su vez le permita mejorar sus debilidades y aprovechar sus fortalezas con objetivos meramente utilitarios, en pro del bien social, La película Captain Fantastic https://www.youtube.com/watch?v=qNa7MEOWZVA lo retrata muy bien . Obviamente no estamos preparados para nada de esto, supongo que sería algo muy difícil de conseguir dada nuestra situación de esclavos, completamente condicionados y a merced del sistema económico-político-social-cultural-ideológico que nos rige. Hablo de un auténtico experimento de observación y comprensión. Lo que sucede es que valoramos demasiado nuestras vidas sedentarias y consumistas como para exponernos semejante proposición. (Mi utopía.)
Hola Julio,
gracias por tu comentario. Me gusta mucho tu visión, y estoy de acuerdo contigo que no estamos preparados para salir de ella.
Creo que lo importante es que realmente nos dispongamos a cambiar nosotros mismos para que cambie la sociedad. Y para esto hay que romper con las axiomas falsos.
¿Te parece así?
besos y un saludo
kathy