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Mas allá de la tribu

‘Esta gente trabaja de verdad’ pensé impresionada cuando vi la convocatoria de un acto organizado con un grupo de jóvenes inmigrantes para analizar en conjunto la violencia que sufrían. Formaba parte de toda una linea de trabajo con estos chicos durante varios meses, un proyecto en el que personas de un ambiente politizado trabajaron con personas sin planteamiento crítico ninguno, juntos.

Pero realmente mi reacción no tenía nada que ver con la calidad de ‘esta gente’, sino mas bien con el estilo pésimo de activismo del cual venía. Nunca había visto ningún proyecto similar, que estuviera dedicado a trabajar con ‘ellos’ en vez de hacer actividades con y para ‘los nuestros’. No lo había visto a pesar de tener ya mas de diez años de experiencia como activista. Había estado en sitios aparentemente diversos: okupas, comunistas, feministas, hippies… Pero había algunas cosas que a todos los eran comunes, desgraciadamente la mayoría de ellos eran errores.

Un fallo principal en todos estos círculos era nuestra endogamia. Eramos grupos cerrados con teorías propias, lenguaje propio, música propia, estética propia… Teníamos nuestra manera de vestir, hablar, comer… de ser y de estar. Nos juntábamos entre nosotros para vivir y reafirmar estas prácticas comunes. Y teníamos modelos teóricos muy elaborados que nos explicaban por qué nosotros estábamos en la razón. Observándolo ahora con distancia y espíritu crítico veo un comportamiento tribal. Y parte de este comportamiento es la exclusión y el rechazo de cualquiera que no pertenece a la tribu.

Visto desde las humanidades, sea la psicología, la sociología, la antropología… rápidamente se encuentran teorías que explican como este comportamiento cubre necesidades básicas humanas. Necesitamos los grupos, sus hábitos comunes, su reafirmación mutua. Tiene muchas razones de ser y en ningún momento quiero decir que hacer tribu sea malo. De hecho también he vivido el fracaso de colectivos por no haber cultivado esta parte: Había una falta de unión entre nosotros que terminó rompiendo el grupo.

Lo que si me parece mortal es cuando confundimos estos hábitos grupales con ‘la lucha’. La lucha, como yo la entiendo, es un proyecto cuyo objetivo último es una revolución o transformación social, es decir cambiar toda nuestra sociedad. Ahora, ¿cómo vamos a hacer esto siendo tan minoritarios como somos? Es imposible. Para poder pensar un proyecto de lucha real necesitamos estar dentro de muchos ámbitos sociales. No importa cuantos actos, manifestaciones y campañas hacemos si estos no nos hacen crecer mas allá del círculo que ya es nuestro. No importa cuanta razón tenemos si no estamos conectados con la sociedad. Si queremos un cambio real un trabajo fundamental es el de salir de nuestras tribus. Tenemos que ir y acercarnos a las personas que viven en otras (sub)culturas. Tenemos que trabajar para y juntos con ellos.

Y para hacer esto hay un problema gordo: nuestro sentimiento de superioridad moral. Si somos honestos podemos ver que lo tenemos, cómo nos sentimos mejor que los demás, cómo nos ubicamos a nosotros mismos en el bando los buenos y a los demás en el bando de los malos. Y desde esta actitud es imposible trabajar con nadie.

Si queremos salir de nuestras tribus, si queremos construir un proyecto realmente liberador, tenemos que bajarnos de este pedestal, tenemos que aceptar que una gran parte de nuestra esterilidad como proyecto transformador viene nuestra soberbia, tenemos que asumir que nuestras teorías a menudo están lejos de los problemas reales, que nosotros tenemos tanto que aprender de los demás como ellos de nosotros. Ni ellos ni nosotros tenemos la respuesta, pero juntos la podemos descubrir si juntos aprendemos a formular las preguntas correctas.

Este cambio que describo es mucho mas que un cambio teórico, es un cambio de actitud interna. Es un cambio que puedes hacer tanto a nivel personal como colectivo. Y cuando realmente lo vives vas a descubrir que ha cambiado todo.

Ahora os invito a que observéis vuestros propios círculos y os preguntéis si lo que describo refleja vuestra experiencia. ¿Para quienes trabajáis, para reafirmaros vosotros mismos o para transformar la sociedad?

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12 comentarios

  1. No importa cuántas cosas hagamos si no somos capaces de unirnos.
    Veo mucha relación entre este texto y el anterior: cada uno por su lado sigue siendo el problema.
    Veo mucho miedo a perder la identidad, a desaparecer en una tribu que no es la mía, a confundir una tribu con otra… y claro, así…
    Pero solo hace falta aprender a trabajar juntos por lo que nos interesa a todos.

    1. si, guapa.

      Hace falta aprender a trabajar juntos, pero para esto tendríamos que aceptar cosas como reales cuya existencia o razón negamos. Y es mucho mas facil declarar que el otro sea loco o «borrego», como lo decían ayer.

  2. No importa cuántas cosas hagamos si no somos capaces de unirnos.
    Veo mucha relación entre este texto y el anterior: cada uno por su lado sigue siendo el problema.
    Veo mucho miedo a perder la identidad, a desaparecer en una tribu que no es la mía, a confundir una tribu con otra… y claro, así…
    Pero solo hace falta aprender a trabajar juntos por lo que nos interesa a todos.

    1. si, guapa.

      Hace falta aprender a trabajar juntos, pero para esto tendríamos que aceptar cosas como reales cuya existencia o razón negamos. Y es mucho mas facil declarar que el otro sea loco o «borrego», como lo decían ayer.

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