No estamos en lo mismo I: Nivel teórico
Hay que tener mucho cuidado con los axiomas, es decir estas frases cuya verdad nos parece tan obvia que ni nos molestamos en comprobarlas. Porque, ¿qué pasa cuando nos equivocamos en el axioma? Construimos todo un edificio de pensamiento y prácticas sobre un fundamento que no lo sostiene o nos lleva en la dirección contraria de lo que queríamos.
Un ejemplo concreto de esto es cuando en los ambientes de izquierdas se afirma: “Queremos lo mismo” o como lo dijeron durante el 15M “Todos estamos en lo mismo”. O este intento actual de reducir toda la variedad de feminimoS a un feminismo. Suena muy, muy emocionante, pero tiene un problema: ¡No es verdad! Y al aceptarla como real imposibilita ver las causas de muchos conflictos, y con esto que los manejemos de manera adecuada.
Pero vamos a empezar por el principio. ¿Por qué afirmo que no estamos en lo mismo? De momento veo diferencias fundamentales en dos niveles: el nivel de la motivación personal y en las diferencias teóricas. Hoy entraré a lo segundo.

A nivel teórico las izquierdas son muy diversas, tanto que a veces una de nuestras primeras aficiones parece ser perdernos en peleas internas que nos hacen olvidar quien es el adversario verdadero. Ya Monthy Python dejó esto obvio en los años 70.
Ante ello la frase “Estamos todos en lo mismo” parece un llamado a la unión bonito y necesario. Y en cierta parte es verdad. Estamos ante la misma realidad injusta y compartimos este sentir de “Así no”. Compartimos este deseo de que las cosas cambien. Pero fuera de nuestras diferencias teóricas hacen muy difícil, hasta imposible trabajar juntas.
Primero está la gran ruptura tradicional, la que hay entre reformismo y radicalismo, que para mi se materializa en el conflicto entre aquellos que piden soluciones al estado y los que defienden la autogestión. Unos quieren reformar el estado y que este de soluciones a nuestros problemas, ya que “para esto pagamos impuestos”. Otros buscan el cambio generando una cultura y estructuras de base propias. Por esto durante el 15M unos fueron a crear okupas y otros Podemos. Y en educación está por un lado la marea verde y por otro las escuelas libres. O a nivel económico unos se van al sindicalismo mientras otros crean economía alternativa. Estos dos planteamientos pueden colaborar a la hora de denunciar leyes represivas como la ley mordaza o la de inmigración, pero a la hora de hacer propuestas constructivas necesariamente se enfrentan porque tienen objetivos diferentes.

Algo similar pasa entre un planteamiento violento y uno noviolento. El planteamiento violento declara que la liberación del oprimido pasa por obligar al opresor a soltar el poder, esto implica encarcelarlo y en su última consecuencia matarlo. La noviolencia se opone a la imposición de cualquier tipo. Apuesta por convencer al opresor. Esto a nivel práctico genera diferencias estratégicas que –aunque pueda que estén de acuerdo por ejemplo en la autogestión– lleva a desacuerdos fundamentales a la hora de plantear cualquier acción, como lo he narrado en la entrada “Estamos todos en lo mismo”. El fracaso de esta asamblea se dio en gran parte porque no había ni herramientas ni consciencia para manejar el desacuerdo profundo que significa posicionarse en la violencia o en la noviolencia.
Todavía más profunda se hace la ruptura cuando descubrimos que estos planteamientos están basados en paradigmas distintos. Esto pasa también entre el postmodernismo con su lucha identitaria, el materialismo marxista con su planteamiento de clase y activismos basados en planteamientos espirituales (sea de new-age o religioso). Entre uno y otro hay abismos. Hay una diferencia de mirada tan profunda que muchas veces impide la comprensión, y encima suele haber todo un enredo de rechazo y desprecio entre un grupo y otro.
Así de diverso y contradictorio son los pensamientos de izquierdas, tan variado que nos volvemos incompatibles.
Creo que las evidencias están claras, que funciona igual de mal negar la realidad y declarar que “Estamos todos en lo mismo” como dividirnos en grupusculos enfrentados, cada uno convencido de que tiene la receta correcta y los demás son los que se equivocan.
Y ahí nace la gran pregunta: ¿Cómo generamos esta unión que tanto anhelamos?
Aún estando de acuerdo con lo que dices, pienso que sí estamos en lo mismo: la construcción de un mundo para todos, una economía que no excluya a la gran mayoría y destroce el planeta…
El reto lo veo justo en lo que dices: tenemos planteamientos y hasta paradigmas diferentes que nos llevan en direcciones hasta contrarias y al ser inconscientes de ello o no darlo la importancia que tiene, no podemos manejarlo, se nos escapa de las manos y acabamos pensando que no queremos lo mismo. Lo que no queremos es hacerlo del mismo modo. Y como nadie quiere ni replantearse su criterio, ni ver que hay aprovechable en el criterio del otro, ¡ni renunciar! a nada del criterio propio… Aquí se ve la importancia y la necesidad del diálogo. Pero del diálogo que implica que voy a escuchar lo que dice el otro y me voy a preguntar si, algo de lo que dice, facilita mi proyecto. De lo que habitualmente lamamos diálogo y que no es más que una defensa de lo propio, o algo peor, un intento de convertir al otro a mi verdad, no necesitamos nada. Ya tenemos de sobra.
Pero mientras pensemos que el valor mas importante, fundamental e irrenunciable es defender la propia identidad, !como si la identidad pudiera perderse!, está difícil la cosa.
guapa,
entras a muchos temas cruzados, y me cuesta encontrar como responderte.
Es verdad que en muchos ambitos distintos hay personas que estamos honestamente buscando lo mismo: «la construcción de un mundo para todos, una economía que no excluya a la gran mayoría y destroce el planeta…» (mezclados con personas que están ahí por otra, pero de esto la semana que viene 😉 ). O algo suficientemente similar para poder encontrarnos.
También es verdad lo que dices sobre el diálogo, que bastante mas adelante pienso hablar de este tema.
Ahora mas allá de esto hay un problema: tenemos modelos teoricos que nos dividen y no sabemos manejarlo. Y en estos modelos a veces el matiz de una palabra nos lleva de caminar en una dirección a caminar en otra. Es un problema gordo que nos hace estar en cosas distintas aunque estemos buscando lo mismo.
¿Te parece mas claro así?
besos para madrid
Diría que está claro,pero seguimos necesitando dialogar el mismo punto: los modelos teóricos dividen, confunden y dificultan ¿qué otra cosa hacen las teorías?. Pero no es porque no estemos en lo mismo, si no por que eso es lo que hacen las teorías cuando no miran a la realidad.
Otra cosa es que «estemos en otra», que también puede ser. Pero creo que podemos estar cada uno en una cosa aún teniendo los mismos planteamientos y paradigmas.
Espero tu entrada de esta semana.
guapa,
al «estamos en otra» entraré el jueves, por lo menos en parte. Así que, dejemos esto para mas adelante.
acerca de los modelos teóricos y paradigmas, el problema es que crear esto esta dentro de la condición humana. Necesitamos cultura, instituciones y conceptos para poder funcionar en el mundo, pero a la vez nos limita y condiciona. Las grandes revoluciones históricas son cuando se consigue un cambio de mirada hacia la realidad, un cambio de definición.
Un problema de nuestra cultura actual es que es tán compleja que coexisten maneras muy distintas de entender la realidad, algo que dificualta mucho la comprensión mutua. Entre otras cosas lleva a esto de que a veces usando las mismas palabras nos referimos a cosas muy distintas, o al revés, usando palabras distintas nos referimos a lo mismo.
Y es importante que nos hagamos consciente de esto, que hay un problema que tenemos que contemplar para ver como lo podemos manejar. Como podemos superar estos muros que hay entre nosotros, para realmente llegar a estar en lo mismo, o por lo menos caminar en la misma dirección.
besos y abrazos