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Sobre el taller: ¿Qué falla en los movimientos sociales? en Barcelona

El jueves 16 de Enero tuve el taller ¿Qué falla en los movimientos sociales? en La Negreta en Barcelona. Cómo este año estoy con tanta actividad he tardado casi un mes para tener el relato sobre este día.

Fue un encuentro muy pequeño y alegre. Solo estuvimos tres personas:, un compañero mayor de origen anarquista, una compañera más joven que venía del ecologismo y del 15M, y yo. Pocas personas, pero para una ciudad con tanta actividad como Barcelona y con solo una semana de convocatoria fue bastante. Comparado con otros talleres destaca que estos dos compañeros tuvieron mejor comprensión de la tesis del blog que otros participantes.

Así que en vez de hacer los dinámicas que normalmente hacemos durante los talleres hicimos un diálogo mucho más abierto en el que contrastamos nuestras experiencias y reflexiones.

Empezamos presentándonos. El compañero, ya de cierta edad, venía de un recorrido libertario y sindicalista. Ha tenido el privilegio de tener como referentes personales a anarquistas de antes, de aquellos que construyeron movimiento y sociedad en los años 30. Compartieron con el su testimonio de un camino de lucha, su mirada política y organizativa. Esto le da una perspectiva anarquista que hoy en día se encuentra poco. La compañera era bastante más joven y de los Baleares. Su primer acercamiento al activismo nació del amor a la naturaleza de su isla y le llevó al ecologismo. Cuando estalló el 15M, ella se sumergió en el movimiento y sufrió todas las contradicciones y conflictos internos que llevaron al declive del movimiento. Hoy admite estar bastante sola, habiendo reducido su activismo a la lectura y acción personal.

El diálogo fue bastante más desordenado y menos recogido que normal. Compartiré con vosotras algunos puntos que me destacaron.

Entre lo que contó la compañera del 15M estaba el ya conocido cuento de la liberación sexual que se convierte en presión para tener sexo con cualquiera. Ella dijo que algunos chicos se lo tomaron como ‘barra libre’, en una ocasión incluso metiéndose en la ducha con ella sin pedir consentimiento.

Por parte del compañero me destacó su relato de un centro anarquista conocido de la ciudad que él terminó abandonando porque se había convertido en un espacio de ‘personas que están aquí para no ir a terapia’. Es decir un espacio en el que se permite cualquier comportamiento bajo (dañino) la excusa de no coartar la libertad.

Estuvimos de acuerdo que todo esto y más problemas vienen de las falacias organizativas que hay en nuestros movimientos. Hablamos de que hoy en día falta asumir que la transformación social es una cosa muy seria y requiere de organización, orden y formación. Vimos que esto fue muy diferente en el movimiento obrero, que ellos llegaron a donde llegaron porque se esforzaron por organizarse bien.

Vimos que esto en parte es porque los movimientos sociales actuales no nacen de la misma tradición que el movimiento obrero, sino que tienen sus raíces prácticas en los movimientos sociales a partir de los años 60 del siglo pasado: los hippies, el punk, el feminismo, el ecologismo, el movimiento queer, el postmodernismo… Estamos en este punto en el que aceptamos casi cualquier cosa mientras de que venga dentro de los códigos de estos movimientos, independiente de ser a menudo planteamientos irreales, contradictorios e incluso inhumanos.

Hablando de esto llegamos al punto de analizar que en muchos lugares de la sociedad pasa lo mismo: Hay una raíz ética muy valida y algunas personas de buena voluntad se esfuerzan con todo corazón para llevar esta raíz a la práctica. Mientras tanto una gran parte del ambiente abusa de esta teoría para fines egoístas, pervirtiendo lo que se hace en estos círculos. Vimos que esto pasa en muchos ambientes, incluso en el bando ‘enemigo’. Un ejemplo son aquellos católicos basándose en la figura de Jesus Cristo realizan un trabajo mucho más revolucionario que aquellos ‘revolucionarios’ que usan nuestras teorías para fines personales. Por ello subrayamos lo importante que es encontrar en los diferentes ambientes las personas con intención honesta y trabajar con ellas, independiente de la bandera que llevan. Esto es una práctica directamente opuesta al sectarismo dominante en nuestros ambientes.

En este punto hablamos de que no es bueno llevar por delante las etiquetas de izquierdas, que realmente es un ambiente pervertido. A lo que compartí con ellos el posición que estoy tomando últimamente cuando me defino como ‘de izquierdas’ no por mi ideología sino por mis orígenes (sub)culturales.

Esto son algunas de las cosas de que hablamos durante el encuentro. Fue un encuentro muy agradable entre tres personas que comparten mucha visión. Esto permitió profundizar con mucha rapidez en el temario, haciendo posible decir en alto cosas que en muchos sitios no se entenderían. Muchas de estas cosas me estoy esforzando expresar aquí, pero desde una vuelta mucho más larga exponiendo en detalle los fundamentos que me llevaron a estas afirmaciones.

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