| | |

Sobre el taller «Todos estamos en lo mismo, ¿no?» en Burgos

Este Sábado realicé por primera vez el taller: Todos estamos en lo mismo, ¿no?, mi tercer taller en Burgos. Participaron Rodrigo y Pablo, que me acompañan desde el principio, por segunda vez vinieron Chelo, Margarita y Germán, y además tuve la alegría de que se integraron Espe y Pilar.

Empezamos reflexionando sobre el uso de la frase Aquí todos estamos en lo mismo, nombrando sus variantes de Estamos por lo mimso y Queremos lo mismo. Vimos que se suele usar en asambleas (nombramos el 15M y plataformas temáticas como ejemplos), pero también en confluencias políticas de izquierdas e incluso en el ámbito de las ONGs y el voluntariado.

Trabajo de Pablo realizado durante el segundo Taller poético en Burgos

Como siguiente paso hicimos un listado de frases que se suelen usar en ambientes de izquierdas, de manera similar, dando por hecho que nos describen:

  • aquí todxs somos iguales/horizontales
  • tenemos claro quienes son los enemigos
  • somos abiertos, plurales y participativos
  • somos el 99%
  • somos la alternativa a …

Introduje dos términos: axioma y falacia. Según diccionario axioma significa: Proposición clara y evidente que no necesita demostración; y una falacia es: Argumento falso pero aparentemente verdadero para inducir a error o engaño. La pregunta principal del taller fue si ¿la frase Todos estamos en lo mismo es un axioma o una falacia?

Trabajo de Rodrigo realizado durante el primer Taller poético en Burgos

Después de un corto calentamiento hicimos un juego de rol. Representamos una asamblea en el que todos los participantes tenían un interés oculto: alguno estaba buscando soluciones para su problema personal, otro quería aventuras, otra estaba para socializar… y aparte había dos posicionamientos ideológicos diferentes, por un lado un planteamiento autogestionario, por otro lado uno que buscaba defender el estado del bienestar. La situación era la de una asamblea una asamblea después de una acción que había salido bien. El grupo se tenía que enfrentar a la pregunta: ¿Y ahora qué? Cada personaje actuando desde sus intenciones. Por desgracia llegamos a un diálogo con enfrentamiento fuerte entre dos personajes que apenas dejaron que los demás intervinieran. Parecido, pero más tenso, que la escena que describí hace un tiempo. El grupo mismo evalúo el desarrollo del conflicto como bastante realista, incluso diciendo que en la vida real hubiera sido más duro aún.

Cómo primer punto se vio muy claro que en las discusiones en una asamblea común muchas veces ciertas personas dominan el diálogo por su personalidad. A menudo se imponen no por tener razón, sino a nivel energético.

Luego intentamos adivinar las motivaciones de los personajes, algo que costó mucho. Por ejemplo se interpretó el empuje hacia la acción como un intento de cuidar de la energía del grupo cuando la clave detrás era buscar experiencias emocionantes.

Después abrimos un diálogo sobre las diferentes motivaciones de los personajes.

Primero estaba la motivación de hacer amigos, que una variante podría ser convertir el colectivo en su círculo de amigos, otra estar ahí por amistad con alguno de los presentes. Vimos que esta motivación es bastante común. Mencionamos que detrás de una u otra manera se esconde la necesidad de socializar, muchas veces incluso situaciones de soledad y mucho sufrimiento. Consecuencia de esta necesidad puede ser una actitud pacificadora, dar la razón por complacer, o empujar hacia acciones lúdicas y sociales, como sería ir de cañas juntos, organizar fiestas…

El segundo personaje tenía la clave de hacer crecer la influencia de un partido al que pertenecía. Otra variante de esta motivación podría ser directamente querer instrumentalizar la asamblea, o aprovecharse de la asamblea como paso en la carrera política personal. Dijimos que este tipo de motivaciones podía llevar a una serie variada de acciones, desde ofrecer los recursos del partido, pasando por influir de manera individual en los participantes de la asamblea, hasta intervenciones preparadas de antemano buscan determinar las decisiones de la asamblea. Vimos que este tipo de motivaciones, que pueden variar desde sentimientos inconscientes hasta estrategias de manipulación planificadas fríamente, pueden tener impactos muy negativos en las asambleas. El primero, y más obvio, es el de ser instrumentalizados. De manera más sutil nombramos la desconfianza, ante todo entre dos personas que vienen de diferentes partidos y pueden enfrentarse ante cualquier detalle sencillamente por la desconfianza y competición que hay entre sus grupos.

Tercero analizamos la motivación de buscar aventuras, variantes posibles de ello serían las ganas de hacer experiencias variadas, y en concreto personas que buscan la emoción de confrontarse directamente con la policía. Vimos que este tipo de motivación se encuentra ante todo en personas jóvenes, pero también puede aparecer en personas más maduras. El peligro de esta motivación es hacer acciones por hacerlas, sin ver si son las que convienen a la causa.

Cómo cuarta motivación reflexionamos sobre el deseo de solucionar un problema personal o cercano, es decir algún personaje que está buscando dar respuesta a una situación muy concreta y sin mirar más allá de este problema. Variantes de este perfil nos vinieron muchos, ante todo en las asambleas de afectados. Vimos otra vez el peligro de la asamblea de ser instrumentalizada, en este caso para algún interés personal. También está el tema que estos personajes abandonarán la asamblea en cuanto su problema este resuelto o en cuanto descubren una mejor vía de resolver su problema.

Trabajo de Fede realizado durante el primer Taller poético en Burgos

Aparte nombramos, sin profundizar en ello, la importancia de diferencias ideológicas, en este caso la diferencia entre un planteamiento autogestionario y un planteamiento del estado de bienestar. Cómo desarrollo en No estamos en lo mismo I son planteamientos que pueden funcionar bien juntos a la hora de denunciar injusticias, pero que se enfrentan inevitablemente en cuanto se trata de cualquier planteamiento propositivo.

Cómo siguiente paso nombramos diferentes motivaciones que pueden estar detrás de las acciones de las personas en ambientes asociativos. Llegamos a nombrar el deseo de

  • sentirse útil/importante
  • dar respuesta a una situación dolorosa propia o de alguien conocido
  • tener un grupo de amigos
  • ser escuchado
  • ser coherente con sus ideas (cumplir el deber)
  • contribuir a la justicia
  • extender mi ideología/idea en otros ámbitos
  • ayudar a los demás
  • crear un mundo mejor, más justo y autentico
  • conocer lo que hay
  • socializar
  • disfrutar bajo el manto de la libertad (hedonismo)
  • hacer carrera en el ‘tercer sector’
  • buscar legitimar mi vida incoherente (blanquear la consciencia)
  • aprender

Vimos que había una variedad de intenciones posibles, algunos con fines más claramente egoístas, otros no. Parecía ver acuerdo en el grupo que las motivaciones altruistas son fundamentales para plantear un proyecto de lucha.

Trabajo de Marcia de las Kellys realizado durante el Taller poético en Las Palmas GC

Cómo último abrimos un diálogo hasta que punto las motivaciones egoístas determinan las decisiones tomadas en asamblea. En este punto había desacuerdo en el grupo, algunas pensaron que están presentes, pero no demasiado, mientras de que otros afirman que dominan en muchas asambleas y que esto hace mucho daño a los movimientos sociales. Quiero remarcar que como cada uno mide el impacto de estas motivaciones depende mucho de la mirada personal, tanto de su la experiencia asociativa concreta, como de su voluntad uno de ver lo positivo y/o negativo.

Aunque había desacuerdo sobre el peso de las motivaciones, nadie negó que están, que pueden empujar hacia decisiones poco adecuadas, y que en los métodos asamblearios dominantes no tenemos herramienta para controlarlas ni el daño que hacen.

Cómo último un participante propuso que una manera de controlar estas motivaciones egoístas era trabajar desde otro punto de vista: no partir de la idea de que nosotros somos los buenos que luchan contra a los malos, sino desde una mirada autocrítica que nos posiciona como cómplices del sistema, cómplices de ‘los malos’ y que nuestra lucha en gran parte sería liberarnos de esta complicidad. Una participante conectó esto con la tesis de Yayo Herrero que dice que todos y todas estamos actuando de manera fascista, mientras que otra participante expresó su dificultad con esta propuesta después de venir de una larga vida de activismo durante la que llegó a sufrir bastante represión.

Fue un encuentro muy interesante durante el que vimos de manera muy concreta uno de los mecanismos que está detrás de nuestros fracasos. Me alegra poder haber compartido esta tarde con un grupo de personas abiertas a reflexionar de manera crítica sobre nuestra propia acción. Espero poder seguir con este diálogo en el futuro. Si cambiamos nosotras, nuestro mundo cambiará.

***

Cómo cierre quiero mencionar algunas entradas de este blog que reflexionan sobre temas que han salido en el taller:

¿Quieres compartir nuestro contenido?

Publicaciones Similares